En muchas ocasiones me habla mi padre de su juventud en Cangas. Decenas de niños por sus calles sigilosamente jugando a una especie de escondite. Recreando las películas de indios y vaqueros.
Esta vez, las calles de Besullo estaban llenas de ellos. Algo anormal en otras épocas. Pero antes de Las Veigas dí casualmente paseando con esta imagen.
Por unos instantes... al verlo, recordé aquellas historias.
Él solo, ensimismado en aquél entorno y rodeado de una especie de fuerte. No sé si él mismo era consciente de las mil batallas que se podrían recrear en aquél lugar. Batallas, que más adelante como le ocurre a mi padre, siempre recordará.
Que bonita la foto con la niebla al fondo, es muy típica de Besullo. y con que nitidez se ven los pueblos y las montañas.
ResponderEliminarGracias por la foto que me enviaste, creo que es tan bonita que la voy a públicar en el grupo de Besullo con el nombre de la autora.
Que bonito recordar las historias que nos contaban nuestros padres, eso se que da muy grabado en nuestra infancia.
Abrazos.
Rosa